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sábado, 5 de julio de 2014

El último beso

El último beso
¡Ay!  El primer beso, una noche de luna llena, con una inocencia compartida, tú, mi primer- y único amor- yo tú primer- y único amor-, fue un beso en los labios, pero inocente, tanto que al estampar mis labios con los tuyos salí corriendo hacia mi casa. Que noche aquella, ni siquiera tomé agua ni comí por conservar ese… beso. Sin darme cuenta estaba cayendo en las redes de tu amor, sin darme cuenta pero es que eso es lo que yo quería, ser todo tuyo y nada más que de ti y saciarme de tu sonrisa, de tu amor, de tu encanto, de tu compañía, de ti por completo. Nos enamoramos como dos tontos, dos tontos llenos de amor, los ojos nos brillaban como dos estrellas ¡Dios mío, cuanta locura, cuanta felicidad, cuando amor, cuantos besos, cuanta complicidad en esa luna de miel! Cariño, contigo, toqué, sentí, viví en el cielo, aquí en la tierra. Gracias amor mío por tanto amor derramado sobre mí, gracias, gracias…
Estas líneas las estoy plasmando revueltas con alguna que otra lágrima y con el corazón hecho añicos; te quiero Lolilla, te quiero cariño, te quiero…  
Los momentos más felices de nuestras vidas fueron: nuestra boda, el nacimiento de todos y cada uno de nuestros tres hijos, sus primeras Comuniones, nuestras bodas de plata y la Ordenación de nuestro hijo Manolo. Hubo también momentos de tristeza y de amargura en nuestros corazones, sobre todo ante la pérdida de nuestros seres más queridos, la última que compartimos juntos, fue la muerte del abuelo, nunca se me olvidará: iba por Rus, cuando con la garganta rota y en un grito, por teléfono, me dijiste: mi padre ha dejado de respirar, se ha ido con el Señor.

Y llegó mi primera tristeza  en solitario: “El último beso”. Estabas en la cama del hospital y te dije: voy a hacer dos clientes que me quedan y después vengo y me quedo contigo, esto lo sellamos con el último beso en los labios y tú me dijiste: bueno, vale. Quien me iba a decir a mí lo que me esperaba; ¡ay, de saber que era el último beso! Perdón cariño porque nunca llegué a pensar lo mal que estabas y gracias por esos momentos de felicidad compartida. 

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