Vistas de página en total

jueves, 24 de abril de 2014

BREVE HISTORIA DE LOS PAPAS MÁS RELEVANTES. Hasta el año 642 Juan IV

63º Papa.- Pelagio II dispuso que cada día los sacerdotes rezasen el oficio divino.
En el ejercicio de su labor de padre-Papa- dedicó sus mejores esfuerzos a aliviar las aflicciones y las angustias de los pobres y de los viejos, a quienes acogió siempre en el palacio papal.
64º Papa.- San Gregorio I el Grande, hijo del senador san Gordiano y santa Silvia y sobrino de santa Tarsila y santa Emiliana. Teniendo tan solo treinta y cuatro años cuando fue nombrado prefecto de la ciudad, cuando toda Italia estaba atacada y saqueada por los lombardos.
Con treinta y cinco años tomó el hábito monástico bajo la Regla de san Benito, confirmando dos de las cualidades que le habían adornado y adornarían toda su vida: la austeridad y la constancia en la oración, y que harían que fuese llamado doctor de la compunción y de la contemplación al ser modelo acabado en la ascética y en la mística; por ello y por su sabiduría ha sido considerado por la Iglesia uno de sus patriarcas y el cuarto y último de los cuatro originales Doctores de la Iglesia.
Muerto el papa Pelagio II, fue elegido, por unanimidad, el diácono Gregorio, siendo consagrado el 3 de septiembre de 590.
Recién nombrado Papa, dispuso que los tesoros de la Iglesia y las riquezas de su familia se empleasen en dar de comer al pueblo y pagó un tributo al rey lombardo Agilulfo para que levantara el asedio de la ciudad e hiciese con ello posible la recuperación de una vida normal, cesando durante tres décadas dicho asedio. Cuidó constantemente y con amor a los pobres, con los que solía comer, tanto antes como después de ser elevado al sumo pontificado. Fue el primer monje que alcanzaba la dignidad de siervo de los siervos de Dios- Papa-, llevó a la Iglesia el modelo de espiritualidad que él practicaba; publicó la Regla pastoral, que fue el código de todos los obispos durante la Edad Media; restauró la perdida disciplina entre el clero , e introdujo sabias modificaciones en la liturgia durante su pontificado, como el famoso sacramentario y la práctica de estaciones cuaresmales en las iglesias romanas, para las que compuso cuarenta homilías sobre los Evangelios. Todos esos trabajos le valieron el apelativo de <<Grande>> y como tal le conoce la historia.
Cuando concluyó la peste que asolaba Roma, se le apareció un ángel en lo alto de una roca, a la que después se llamó castillo de san Ángelo.
San Gregorio I creó el llamado canto gregoriano, publicó el Antifonario, formó una gran schola cantorum, aunó los cantos dispersos en una sola liturgia, con elementos de los diversos ritos, excepto el ambrosiano y el mozárabe.
Con la colaboración de santa Teodolinda, a quien hizo entrega de la sagrada corona de hierro que fuera de Constantino, inició una gran labor misional para la conversión de los lombardos al catolicismo; envió monjes benedictinos, con san Agustín de Cantorbery a la cabeza a evangelizar a los ingleses, y tuvo la dicha de ver, antes de finalizar su pontificado, que los visigodos españoles abjuraban del arrianismo en el III Concilio de Toledo del año 589.
Rigió  la cristiandad de un modo firme y eficaz, mientras en soledad se permitía añorar el retiro del monasterio. Logró un pacto con los lombardos, contuvo el cisma de Constantinopla, mandó por fin misioneros a Inglaterra y ejerció siempre su autoridad con gran moderación.
Aparte de las cuarenta homilías citadas, se conserva su Epistolario, ochocientas cincuenta y nueve cartas, otras veintidós homilías sobre Ezequiel, el Comentario a los libros de Job y sus obras Morales que tanto leyó santa Teresa.
Murió a los 64 años el doce de marzo de 604. Su cuerpo yace en la capilla Clementina de la basílica de san Pedro en el Vaticano.
65º Papa.- Sabiniano (604-606).
66º Papa.- Bonifacio III convocó un Concilio en Roma al que asistieron setenta y dos obispos junto al clero romano, en el que se prohibió, bajo pena de excomunión, discutir la legitimidad de los papas y el resto de los obispos mientras viviesen, así como que no debía ni proponerse ni designarse sucesor del Papa hasta tres días después de su inhumación. Hoy un decreto amplia ese tiempo a nueve días, el novendiali.
67º Papa.- San Bonifacio IV, recibió del emperador Focas el panteón y el templo que había construido el cónsul Agripa en honor de Júpiter Vengador, Venus y Marte para que el Papa lo consagrase a la Virgen María y a todos los mártires (el trece de mayo de 609) siendo así el primer templo pagano que fue transformado al culto cristiano en Roma. Al hacerlo, ordenó transportar veintiocho carretas llenas de huesos de mártires cristianos desde las catacumbas para colocarlas bajo el altar mayor de la nueva Iglesia, Santa María de los Mártires.
68º Papa.- San Adeodato I, alcanzó fama de santo entre cuantos les conocían, dándose por cierto, incluso que sanó a un leproso con el acto de besarle las heridas.
San Adeodato fue el primer Papa que impuso el timbre de plomo, la bullae, a los documentos pontificios, siendo el suyo el más antiguo timbre pontificio que se conserva en el Vaticano: la del Buen Pastor, con el símbolo del alfa y omega y el lema Deus dedit Papa.
El Líber pontificalis afirma que defendió al clero romano frente al monástico o regular, privilegiado desde tiempos del papa san Gregorio I el Grande; instituyó la ahora llamada misa vespertina, confirmada en el siglo XX por el papa Pio XII, y confirió a los sacerdotes la facultad de celebrar una segunda misa el mismo día: binación.
69º Papa.- Bonifacio V, instituyó el derecho de asilo - la inmunidad de asilo- para los perseguidos que se refugiasen en el interior de una Iglesia.
Sin el saberlo, durante su pontificado, en el año 622, se produjo la hégira, la huida de Mahoma desde la Meca a Medina, y con ella el inicio de las predicaciones de Mahoma.
 70º Papa.- Honorio I, instituyó la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz.
Apuntes de interés:
La Iglesia romana olvidó prácticamente la existencia del papa Honorio hasta que en 1420, Juan de Turrecremata salió en su defensa, y en el Concilio Vaticano I de 1870, a cuantos eran contrarios a la proclamación de la infalibilidad del Papa usaron como argumento las cartas del papa Honorio, mientras los partidarios del dogma adujeron que la infalibilidad papal sólo era aplicable cuando los papas hablaban ex cathedra, la que no se daba en las dos cartas de Honorio a Sergio. Triunfó la infalibilidad.
71º Papa.- Severino. Pese a su temprana elección, el papa Severino tuvo que esperar un año y medio a que el emperador bizantino, Heraclio, autorizase su consagración, cosa a la que se oponía hasta que el recién elegido Papa ratificase un edicto suyo, la Ectesis, una profesión de fe redactada por el patriarca de Constantinopla, Sergio, que declaraba ortodoxo al monotelismo.
Pero como el emperador no autorizaba su consagración envió Severino a Constantinopla a sus enviados para prometerle su aprobación al edicto, pero cuando el Papa fue consagrado obispo de Roma y sumo pontífice no solo se negó a hacerlo, sino que convocó un concilio para condenarlo.
La vengativa réplica del emperador se concretó en una cruel depravación de los bienes materiales pontificios, usando para ello de testimonios falsos contra el Papa y el papado, y haciendo invadir por sus soldados el palacio y la Iglesia de san Juan de Letrán, lo que ocasionó tanto dolor al Papa que murió apenas dos meses después de ser elevado al pontificado, el dos de agosto de 640.
Apuntes de interés:
El monotelismo, que fue enunciado por el emperador Heraclio en el año 624, sostenía que la doble naturaleza de
Cristo, la divina y la humana, se manifestaban en una sola voluntad.
El emperador pretendía con ello conciliar la doble naturaleza de
Jesucristo, que defiende la doctrina ortodoxa, con la creencia monofisita de que tiene sólo una, buscando recuperar para la Iglesia los miles de monofisitas excomulgados por serlo.
El monotelismo ni recuperó a los monofisitas, ni mejoró las relaciones entre la Iglesia de
Roma y el imperio bizantino, y abrió campo a nuevas discrepancias.
El III Concilio de Constantinopla del año 680 zanjó la polémica al confirmar que en
Cristo hay dos naturalezas y dos voluntades, aunque subordinada la humana a la divina.

72º Papa.- Juan IV (640-642)