Navidad
¿para todos?
¿Por
qué tienen que existir las guerras? ¿Por qué la hambre? ¿Por qué hay niños que
no tienen lo más estrictamente necesario? ¿Por qué tiene que haber categoría de
mundos? ¡Todos somos iguales ante los ojos de Dios! Entonces ¿Por qué hay
mundos de primera, segunda, tercera… categoría? La Navidad no es para todo el
mundo igual; unos niños luchan por conseguir sus caprichos y otros por poder
subsistir, unos dicen que luchan por sus derechos y otros no tienen nada más
que obligaciones, unos sus padres no paran de mimarlos y darles caprichos(yo
diría mal criarlos) y otros sus progenitores lo están llamando muy de madrugada
para, y a su corta edad, ir a trabajar y que en muchos casos son infrahumanos
hasta tal punto que mueren muchos de ellos en labores que por su estatura, solo
¿pueden? Hacer ellos.
¡No!
La Navidad no es para todo el mundo igual. Todos los años viene el Niño Dios a
visitarnos en su nacimiento, y ¿cómo lo recibimos? Ya está bien de tanta
hipocresía; muchos besos, muchas felicidades, mucho decir “esta Noche es muy
especial”… y el resto del año ¿Qué? No hay amor en el mundo, sólo miramos y
mimamos nuestro ego y después deseamos felicidad a ciertas personas sin
sentirlas en nuestros corazones.
Los
niños no tienen culpa de nada pero ¡menuda escuela les estamos dando! El legado
que estos están recibiendo son tremendos; no tienen nada de hospitalidad, de
misericordia, de amor en todas sus extensiones, la empatía para ellos no existe,
solo ellos, primero y después ellos. Muchos de estos se resisten a llevar esta
vida y terminan siendo despreciados por sus mismos ¿amigos y compañeros?,
parece como si sus corazones crecieran más aprisa que el resto de sus órganos y
se vuelven duros como las piedras.
Antes
no era así y el corazón de un niño era, y sigue siendo para los que no se dejan
llevar, lo más hermoso, tanto que Jesús dijo aquello de: “el que no se haga
como uno de estos mi pequeñuelos no pueden entrar en el Reino de Cielos”. Nos
tenemos que hacer y luchar contra el pecado de la concupiscencia para que todos
los niños del mundo vivan una Navidad llena de amor donde no caben: el odio, el
orgullo, la prepotencia, la vanidad, el egoísmo… ni nada que no sea mirar por
el prójimo, por nuestros hermanos, por la humanidad.
No
tenemos que salir al, para mí, mal llamado tercer mundo, para ver que a nuestro
alrededor hay personas que lo están
pasando francamente mal y no tienen ni para comer y que, curiosamente, son los
más necesitados y los que menos quieren molestar ni a Cáritas ni a las ONG
afines; se quedan en sus casas llorando y sufriendo sus penurias, y que no son
pocas. Me daría por satisfecho si estas fechas las dedicáramos a “espiar” y
ayudar a estas familias, que todos conocemos, siempre hay alguna muy cerca de
donde vivimos, para que a esta buena gente no le falte lo más básico y si es
posible dadles la caña para que vayan a pescar y poder recobrar su dignidad.
Tenemos
que hacer entre todos que este en el que vivimos sea un mundo mejor para todos.
Nos quejamos demasiado y eso que lo tenemos todo muy fácil; queremos luz, pues
nada le damos al interruptor y tenemos las bombillas encendidas, queremos beber agua, abrimos el
grifo y al instante estamos bebiendo, cocinando o aseándonos; los del ¿otro
mundo? Tienen que hacer kms para poder coger un poco de agua en condiciones
dramáticas; no tienen ni calefacción ni aire acondicionado, no tienen luz
eléctrica. Nosotros ¿estamos mal? Pero aquellos están muy mucho peor. A esto no
hay derecho.
Vivamos
estas fiestas como niños de buen corazón pero no solo estas sino todo el año y
todos los años. con la fiesta de Epifanía acaban las Navidades y todos los años
se va el Niño Dios con las manos en los ojos para no ver la injusticia que hay
en el mundo, que pena.
¡Viva
todas las personas del mundo! ¡Viva la raza humana! ¡Viva la Navidad! ¡Viva, en
definitiva, nuestro Niño Dios! Que Él nos ayude a ablandar nuestros corazones y
hacer un mundo mejor para todos, empezando por los que están a nuestro alrededor
seguidos de ¿los otros? Y que Navidad sea todos los días y años de nuestras
vidas y de toda criatura sin excepción alguna.
Os deseo una feliz Navidad y próspero año 2017