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sábado, 17 de diciembre de 2016

Navidad ¿para todos?

Navidad ¿para todos?
¿Por qué tienen que existir las guerras? ¿Por qué la hambre? ¿Por qué hay niños que no tienen lo más estrictamente necesario? ¿Por qué tiene que haber categoría de mundos? ¡Todos somos iguales ante los ojos de Dios! Entonces ¿Por qué hay mundos de primera, segunda, tercera… categoría? La Navidad no es para todo el mundo igual; unos niños luchan por conseguir sus caprichos y otros por poder subsistir, unos dicen que luchan por sus derechos y otros no tienen nada más que obligaciones, unos sus padres no paran de mimarlos y darles caprichos(yo diría mal criarlos) y otros sus progenitores lo están llamando muy de madrugada para, y a su corta edad, ir a trabajar y que en muchos casos son infrahumanos hasta tal punto que mueren muchos de ellos en labores que por su estatura, solo ¿pueden? Hacer ellos.
¡No! La Navidad no es para todo el mundo igual. Todos los años viene el Niño Dios a visitarnos en su nacimiento, y ¿cómo lo recibimos? Ya está bien de tanta hipocresía; muchos besos, muchas felicidades, mucho decir “esta Noche es muy especial”… y el resto del año ¿Qué? No hay amor en el mundo, sólo miramos y mimamos nuestro ego y después deseamos felicidad a ciertas personas sin sentirlas en nuestros corazones.
Los niños no tienen culpa de nada pero ¡menuda escuela les estamos dando! El legado que estos están recibiendo son tremendos; no tienen nada de hospitalidad, de misericordia, de amor en todas sus extensiones, la empatía para ellos no existe, solo ellos, primero y después ellos. Muchos de estos se resisten a llevar esta vida y terminan siendo despreciados por sus mismos ¿amigos y compañeros?, parece como si sus corazones crecieran más aprisa que el resto de sus órganos y se vuelven duros como las piedras.
Antes no era así y el corazón de un niño era, y sigue siendo para los que no se dejan llevar, lo más hermoso, tanto que Jesús dijo aquello de: “el que no se haga como uno de estos mi pequeñuelos no pueden entrar en el Reino de Cielos”. Nos tenemos que hacer y luchar contra el pecado de la concupiscencia para que todos los niños del mundo vivan una Navidad llena de amor donde no caben: el odio, el orgullo, la prepotencia, la vanidad, el egoísmo… ni nada que no sea mirar por el prójimo, por nuestros hermanos, por la humanidad.
No tenemos que salir al, para mí, mal llamado tercer mundo, para ver que a nuestro alrededor hay personas que  lo están pasando francamente mal y no tienen ni para comer y que, curiosamente, son los más necesitados y los que menos quieren molestar ni a Cáritas ni a las ONG afines; se quedan en sus casas llorando y sufriendo sus penurias, y que no son pocas. Me daría por satisfecho si estas fechas las dedicáramos a “espiar” y ayudar a estas familias, que todos conocemos, siempre hay alguna muy cerca de donde vivimos, para que a esta buena gente no le falte lo más básico y si es posible dadles la caña para que vayan a pescar y poder recobrar su dignidad.
Tenemos que hacer entre todos que este en el que vivimos sea un mundo mejor para todos. Nos quejamos demasiado y eso que lo tenemos todo muy fácil; queremos luz, pues nada le damos al interruptor y tenemos las bombillas  encendidas, queremos beber agua, abrimos el grifo y al instante estamos bebiendo, cocinando o aseándonos; los del ¿otro mundo? Tienen que hacer kms para poder coger un poco de agua en condiciones dramáticas; no tienen ni calefacción ni aire acondicionado, no tienen luz eléctrica. Nosotros ¿estamos mal? Pero aquellos están muy mucho peor. A esto no hay derecho.
Vivamos estas fiestas como niños de buen corazón pero no solo estas sino todo el año y todos los años. con la fiesta de Epifanía acaban las Navidades y todos los años se va el Niño Dios con las manos en los ojos para no ver la injusticia que hay en el mundo, que pena.

¡Viva todas las personas del mundo! ¡Viva la raza humana! ¡Viva la Navidad! ¡Viva, en definitiva, nuestro Niño Dios! Que Él nos ayude a ablandar nuestros corazones y hacer un mundo mejor para todos, empezando por los que están a nuestro alrededor seguidos de ¿los otros? Y que Navidad sea todos los días y años de nuestras vidas y de toda criatura sin excepción alguna.

Os deseo una feliz Navidad y próspero año 2017