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Papa.- Venerable Pio XII, como si preparase algunas de las reformas,
que impondría el Concilio Vaticano II, mandó adecuar los horarios de las misas
a las necesidades del mundo del trabajo, redujo el tiempo de ayuno observado
hasta entonces antes de recibir la sagrada comunión y el 1 de noviembre de 1950
dio al mundo católico la alegría de promulgar el dogma de la Asunción de María,
un acto de amor en quien rezaba diariamente el Santo Rosario. Canonizó a san
Pio X entre otros. Además, precisó el concepto de culpa colectiva, se pronunció
sobre la inseminación artificial y se ocupó muy prioritariamente de la
enseñanza social de la Iglesia, ajustándola a las nuevas condiciones del mundo
laboral. Nadie olvida que su testimonio de caridad y de santidad estuvo en el
origen de conversaciones, como la del gran rabino de Roma, Zolli, quien quiso
tomar su nombre al bautizarse: Eugenio.
Su pontificado, plausible por
todos y por tantas causas, tuvo y sigue teniendo muchos detractores, ya que
mientras es considerado por la mayoría de los católicos que vivieron su tiempo
como el Papa de la paz, no faltan quienes la acusen de haber colaborado con el
horror nazi. Salvó a Roma de la ocupación alemana; permitió que se refugiasen
en el minúsculo Estado papal del Vaticano muchos de los judíos que huían de
Alemania, y desarrolló un programa de ayuda para las víctimas y los prisioneros
de guerra. El pueblo romano supo que el Papa era el defensor de la Ciudad
Eterna, como en los viejos tiempos de las invasiones bárbaras. Después de las
explosiones de Hiroshima y Nagasaki, Pio XII luchó por limitar los armamentos y
prohibir unas armas que ponían en peligro de muerte a toda la humanidad y a la
vida misma sobre la tierra. Fue un Papa que hizo cuanto estuvo en su mano por
adecuar las estructuras de la Iglesia a la necesidad de los nuevos tiempos
misionales, sociales y políticos, con el nacimiento de nuevos países y el
surgir de la llamada, por Maculan, <<aldea global>>, abogando por
la unidad de Europa, recibiendo a miles de personas de toda raza, credo y
religión, y llevando el papado a una popularidad universal desconocida hasta
entonces.
De entre sus numerosos
documentos, acaso quepa destacar: la Summi Pontificatus, de 1939, sobre la
decadencia moral en la humanidad; Divino Afflante Spiritu, de 1943, sobre los
estudios bíblicos; Mystici Corporis Christi, del mismo año, sobre la naturaleza
de la Iglesia; Mediator Dei et hominum, de 1947, sobre la liturgia;
Munificentissimus Deus, de 1950, sobre el dogma de la Asunción de María; Fidei
Donum, de 1957, sobre las misiones, y Miranda Prorsus, de 1957, sobre los medios
audiovisuales.
Fueron muchos los judíos
ilustres e incontables los miembros de otras religiones que manifestaron su
sincero dolor por la muerte del papa Pacelli. Años después, especialmente a
partir del estreno en Berlín de El vicario, una obra teatral que le presenta
como un político calculador que guarda un silencio cómplice frente al
exterminio de los judíos, su figura comienza a ser discutida en todo el mundo y
atacada con saña por quienes ignoran la verdad de su vida o no se han molestado
en leer las actas y documentos de la
Santa Sede relativos a la Segunda Guerra Mundial, cuya publicación fue
ordenada por Pablo VI. El último de ellos ha sido un periodista británico,Cornwell, en su libro El Papa deHitler.
Sombrear esta dirección y copiar y pegar para ver que dice Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/P%C3%ADo_XII
Sombrear esta dirección y copiar y pegar para ver que dice la Santa Sede sobre Actas y documentos
relativos a la segunda guerra mundial.
http://www.vatican.va/roman_curia/secretariat_state/card-bertone/2008/documents/rc_seg-st_20081106_convegno-pio-xii_sp.html
relativos a la segunda guerra mundial.
http://www.vatican.va/roman_curia/secretariat_state/card-bertone/2008/documents/rc_seg-st_20081106_convegno-pio-xii_sp.html