41º
Papa.- San Zósimo, en su tiempo, se extendió el uso del cirio
pascual a todas las Iglesias.
42º
Papa.- San Bonifacio I renovó lo dispuesto por san Sotero
prohibiendo a las mujeres tocar los paños Sagrados e intervenir en el quemado
del incienso.
43º
Papa.- San Celestino I, en su primer año convocó el III Concilio
Ecuménico, en el que fueron condenados los seguidores de Nestorio, quien
defendía que María era sólo Madre de Jesús en cuanto hombre, pero no en cuanto
Dios. Con san Cirilo de Alejandría como representante suyo, san Celestino luchó
para que se celebrara el Concilio de Éfeso, en el año 431, y en él se
proclamase el dogma de la maternidad divina de María.
En Éfeso, como todos los
católicos después, los padres conciliares repitieron e hicieron suyas las palabras
del papa san Celestino: <<Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte>>
Defendió con energía el perdón
del pecador arrepentido en la hora de su muerte.
44º
Papa.- San Sixto III. Tras la aprobación del dogma que define que
María es Madre de Dios, san Sixto, para conmemorarlo, hizo reconstruir la
basílica de Santa María la Mayor y la embelleció con los espléndidos mosaicos
que aún hoy son visibles a lo largo de las paredes de la nave central, encima del
cornisamento y en arco triunfar.
Se le atribuye la introducción
del triple canto del Sanctus en la Misa y dos cartas en las que se trata la
doctrina de la Santísima Trinidad.
Fue un Papa bondadoso,
levantando la excomunión a un sacerdote llamado Baso, que por venganza acusó a
san Sixto ante el emperador de haber cometido horribles delitos.
45º
Papa.- San León I Magno. Conquistó el título de Magno (Grande) con
el que le honra la historia por la energía que empleó en la tarea de mantener
la unidad de la Iglesia; por sus escritos y su ingente labor teológica, está
considerado como uno de los Padres de la Iglesia, por la ejemplaridad de su
vida la Iglesia le distingue con el título de Santo.
En el Concilio de Calcedonia-
año 451- san León proclamó la divinidad y humanidad de Cristo con estas
palabras: <<Consustancial al Padre por su divinidad, y consustancial a
nosotros por su humanidad>>. Lo que hizo exclamar a los obispos
presentes: <<Pedro ha hablado a través de León>>.
Definió también el misterio de
la encarnación de Cristo, proclamó los Concilios Ecuménicos lV y V, y combatió
el maniqueísmo en África, el pelagianismo en Aquilea y el priscilianismo en
España.
46º
Papa.-San Hilario, fue un seguidor nato de san León I Magno, y por
tal motivo convocó un sínodo en Roma, porque se enteró de que Silvano, obispo
de Calahorra, había efectuado ordenaciones episcopales ilegítimos, que el
obispo de Barcelona, Nundinario, había designado heredero de su sede a Ireneo,
a quién ya había hecho obispo de otra sede, y que un Sínodo celebrado en
Tarragona había aceptado la voluntad de Nundinario a la muerte de éste.
Estableciendo un vicariato.
En Roma el Sínodo se celebró el
19 de noviembre de 465 en la basílica de Santa María la Mayor, y que ha
resultado ser, con el tiempo, el más antiguo, pues se guardan la totalidad de
los registros; tras el Sínodo, san Hilario envió una epístola a los obispos de
Tarragona declarando nula toda consagración que no fuese sancionada por el
metropolitano Ascanio; prohibiendo que ningún obispo se trasladase de una
diócesis a otra y, en consecuencia, que Ireneo regresara a su sede y fuese
elegido otro obispo para Barcelona; que sólo fuesen reconocidos como tales, de
los obispos consagrados por Silvano, aquellos que hubiesen ocupado sedes
vacantes en el momento de hacerlo y cumpliesen el resto de los requisitos de la
Iglesia, a los que añadió que era necesario una profunda cultura para ser
sacerdotes, y ni pontífices ni obispos pudieran designar a sus sucesores.
Además, el papa san Hilario,
mandó erigir varias iglesias y oratorios en Roma, con los que, en Letrán,
dedicó a san Juan Bautista y al apóstol san Juan, a cuya intercesión atribuía
san Hilario haber podido huir de los ataques a que fue sometido tras la
celebración del <<Concilio de los ladrones>> en Éfeso.
Apuntes
de interés:
<< Concilio de los ladrones>> el segundo de los que se
celebraron en Éfeso, en el que el patriarca de Alejandría, Dióscoro, usando la
violencia armada, consiguió que el monofisismo fuese adoptado por la Iglesia
Oriental.
El monofisismo sostenía que Jesucristo carecía de naturaleza humana,
pues sólo tenía la divina. El II Concilio de Calcedonia refutó y condenó ese
<<Concilio de los ladrones>> y el monofisismo que allí se había
defendido, y dio origen al primer cisma importante en la Iglesia, ya que las
Iglesias Orientales, que lo rechazaron, dieron origen a las Iglesias separadas
armenia, copta y jacobita.
47º
Papa.- San Simplicio (468-483).
48º
Papa.- San Félix II (III), siguiendo la política de sus
predecesores, aumentó el patrimonio de la Iglesia e hizo levantar varias
Iglesias y Oratorios Sagrados, al tiempo que sentó las bases del que
posteriormente sería Estado Vaticano.
49º
Papa.- San Gelasio I, fue famoso en todo el mundo por su sabiduría y
santidad de vida, pese a lo cual era tanta su caridad que ha pasado a la
historia como <<el padre de los pobres>>. Se le tiene como el más
prolífico escritor entre los pontífices de los primeros cinco siglos.
San Gelasio repitió siempre:
<<Roma no debe su principado eclesiástico a ningún sínodo
ecuménico ni a su importancia temporal, sino a
Cristo mismo, quien confirió a
Pedro esa supremacía sobre la Iglesia universal>>.
Decretó que la Sagrada Eucaristía
se efectuase bajo las dos especies: el pan y el vino. Dispuso también que las
ordenaciones sacerdotales se efectuasen en días especiales, y que los ingresos
de la Iglesia se dividiesen en cuatro partes: para los pobres, mantenimiento de
las iglesias y el servicio divino, para que de ella dispusiese el obispo del
lugar y para sostenimiento del clero menor.
Se debe a san Gelasio la
introducción en la misa del Kyrie eleison («Señor, ten
piedad»).
50º
Papa.- Anastasio II, como acontecimiento más importante ocurrido
durante su pontificado, fue la conversión al cristianismo del rey de los
francos, Clodoveo, lo que hizo que este pueblo fuera el primero de los
germánicos que se convirtió al cristianismo.
Fue el primero de los papas que
no ha sido elevado a los altares por la Iglesia.
51º
Papa.- San Símaco convocó un concilio en Roma al que asistieron
sesenta y tres obispos y setenta y siete presbíteros, en el que se aprobó la
excomunión de quienes actuasen de cualquier forma para nombrar a un Papa
mientras hubiese uno en la sede de san Pedro, y que fuese tenido siempre por
legítimo el que alcanzase un mayor número de votos entre el clero romano a la
muerte del sumo pontífice a que había de suceder. Tras los obispos presentes,
el arcipreste Lorenzo fue el primero en suscribir estos decretos, y el Papa le
nombró obispo de Nocera.
Pero Fasto –patricio romano-,
atendiendo los deseos del emperador de Constantinopla, convenció a Lorenzo para
reiniciar el cisma provocado con la doble elección papal. Interviniendo el rey
Teodorico mandó que se celebrase un sínodo en Roma, a lo que san Símaco replicó
que sólo el Papa podía convocarlo, pero que, por su propia voluntad, lo
haría.
En septiembre del 501 tuvo lugar
en Roma el sínodo ordenado por Teodorico y convocado por san Símaco, en él se
declaró inocente al Papa de cuantas acusaciones se le imputaban y dictando
distintas condenas contra los cismáticos, pero dejando a todos un fácil camino
de perdón: el reconocimiento de su error. Llegada la noticia de este breve cisma
y las resoluciones del Sínodo a todas las Iglesias de la cristiandad, san
Avito, obispo de Viena, escribió: <<… no es fácil concebir cómo un
superior puede ser juzgado por sus inferiores, especialmente cuando se trata de
la cabeza de la Iglesia>>.
San Símaco consolidó los bienes
de la Iglesia a los que consideró debían permanecer en beneficio de los
clérigos; sostuvo con ayudas espirituales, económicas y en especie a los
obispos africanos que el rey Trasimundo había desterrado a Cerdeña; concedió la
libertad a todos los esclavos que aún lo eran de la Iglesia, y se le atribuye
la primera construcción del palacio Vaticano.
52º
Papa.- San Hormisdas, llegado al pontificado cuando la Iglesia
estaba sumida en el <<cisma acaciano>>, correspondió a san
Hormisdas la dicha de cerrar dicho cisma mediante la llamada <<fórmula de
Hormisdas>>, documento al que se refiere aún el Concilio Vaticano I como
prueba de la autoridad del Papa en los seis primeros siglos de la Iglesia.
Dicha fórmula contenía la siguiente frase: … la Santa Sede Apostólica ha
conservado siempre sin tacha la religión Católica….
San Hormisdas alcanzó a ver
concluida la persecución de los vándalos a la Iglesia de África; a la fundación
de la orden de los benedictinos por san Benito de Nursia, y al levantamiento de
la célebre Abadía de Montecassino, destruida en 1944.
En el orden disciplinario
eclesiástico, dispuso que los obispos fuesen otorgados y no establecidos por
privilegios o donaciones.
53º
Papa.- San Juan I (523-526)
54º
Papa.- San Félix III (IV). En la disciplina eclesiástica ordenó que
no fuesen ordenados sacerdotes aquellos aspirantes a serlo que no dieran
muestras de una verdadera vocación.
55º
Papa.- Bonifacio II, fue el primer Papa de sangre germánica.
56º
Papa.- Juan II, se llamaba Mercurio, y fue el primer Papa que cambió
su nombre de bautismo por uno elegido para su pontificado.
57º Papa.- San Agapito I (535-536).
Apuntes
de interés:
A la venta o compra de bienes espirituales de la Iglesia se la denomina
“Simonía”, en alusión al hechicero
Bíblico Simón el Mago, quién intentó que el apóstol san Pedro le
vendiese poderes espirituales.
Simón el Mago, precursor de los valentinianos, predicó en Samaria
alrededor del año 40, y ganó un gran número de adeptos practicando la magia y
afirmando de sí mismo que tenía un gran poder, << el poder mismo de Dios,
el que llaman el Grande>>. Sus seguidores, magos profesionales, llevaban
pendientes y en el cuello hilos de color morado y rosáceo en señal de su pacto
con el diablo.
58º
Papa.- San Silverio, era hijo del Papa san Hormisdas, y fue nombrado
pese a que ni siquiera había alcanzado el diaconado. Fue uno de los más grandes
sucesores de Pedro, en aquellos primeros siglos de la Iglesia.
59º
Papa.- Vigilio, una vez elegido papa, mantuvo una postura indefinida
y oscilante ante la herejía monofisita, por lo que se ganó por igual la
enemistad de la emperatriz Teodora y de los obispos ortodoxos, originando la
que fue denominada <<controversia de los tres capítulos>>.
Fue detenido por Teodora y su
esposo Justiniano I y fue conducido a la fuerza a Constantinopla; el propio
emperador le conminó a que levantara la condena a la doctrina eutiquiana y
Vigilio, en su debilidad, lo hizo, aprobando lo acordado en el ll Concilio de
Constantinopla, quinto de los ecuménicos, celebrado en el año 553 y convocado
por el emperador, al que asistieron tan solo los obispos orientales y seis
obispos Africanos, con el patriarca de Constantinopla, Eutiquiano, como
presidente.
Aunque inicialmente el Papa se
había negado a condenar la declaración de anatema conocida como
<<controversia de los tres capítulos>> -una declaración de anatema
sobre los escritos de Teodoro de Mopsuestia, Ibas de Edesa, san Cirilo de
Alejandría y el Concilio de Éfeso-, por lo que se enfrentó al emperador y fue hecho
prisionero en Roma el 25 de enero del 547, posteriormente, el once de abril del
548, Vigilio condenó <<los tres capítulos>>, con lo que originó un
grave descontento entre los cristianos occidentales. Consciente de ello, el
Papa quiso mediar entre los obispos occidentales, el emperador Justiniano y los
obispos orientales. Nada consiguió: el emperador publicó, el año 551, el edicto
Homología tes pisteos en el que se
condena de nuevo <<los tres capítulos>>.
Indignado por la actitud del
emperador, el Papa se refugió en la Iglesia de santa Eufemia, en Calcedonia, y
desde de allí informó al mundo cristiano de lo ocurrido.
Los obispos orientales, para
reconciliarse con él, le invitaron a regresar a Constantinopla, retiraron su
oposición a <<los tres capítulos>> y pidieron la celebración de un
nuevo concilio ecuménico bajo la presidencia del Papa, a lo que éste accedió
con la condición de que se celebrase en Italia o Sicilia para que pudieran
asistir los obispos de Occidente. Se negó Justiniano; el Papa propuso entonces
una comisión con igual número de delegados de Oriente y de Occidente, y volvió
a oponerse a ello Justiniano, quien directamente abrió el concilio bajo su
propia autoridad.
El Papa se negó a participar y
expresó su deseo de dar un juicio independiente sobre las materias propuestas,
pero, tras ocho sesiones, el concilio condenó <<los tres
capítulos>> en forma similar a como lo había hecho Justiniano, pese a la
oposición del Papa y otros dieciséis obispos, lo que hizo que, en la séptima sesión,
Justiniano hiciese que fuese borrado el nombre de Vigilio de los dípticos en
que figuraban los nombres de los obispos, respetándole su condición de sumo
pontífice y permitiéndole regresar a Roma si Vigilio aceptaba lo acordado en el
concilio, lo que finalmente hizo aduciendo para ello razones de oportunidad y
conveniencia general. En todo caso, como se han perdido las actas de dicho
concilio, aunque no una versión latina de las mismas de improbable exactitud,
es difícil conocer con precisión lo que en él ocurrió y se aprobó.
En agradecimiento a ello,
Justiniano l dictó la llamada <<pragmática sanción>>, que asociaba
al Papa al gobierno bizantino en Italia y se reconocía a los obispos poderes
judiciales y civiles, pero su acatamiento a Justiniano llevó a los obispos
ortodoxos del norte de Italia y a su propio nuncio, Pelagio, a separarse de su
obediencia, en cisma que se prolongaría hasta el año 610.
60º
Papa.-Pelagio I, Pelayo en castellano, fue excomulgado por el papa
Vigilio, porque este cedió a las presiones del emperador Justiniano I y aceptó
lo acordado en el II Concilio de Constantinopla del año 553, Pelayo, a la
cabeza del clero occidental, se enfrentó al Papa –en uno de los actos que
desencadenó la <<controversia de
los tres capítulos>>, que marcó el pontificado del papa Vigilio-, y en
desobediencia que dio origen a la separación de la Iglesia de Roma de diócesis
como las de Milán y Ravena.
Apuntes
de interés:
El Concilio de Calcedonia,
cuarto de los concilios ecuménicos de la Iglesia y en el que participaron
seiscientos obispos, fue convocado en el año 451 por el emperador de Oriente, Marciano, a instancias del papa san León I, para
rebatir lo aprobado en el llamado <<latrocinio de Éfeso>>.
En el Concilio de Calcedonia se proclamó la divinidad y humanidad de
Cristo, se definió el misterio de la encarnación de Cristo y se condenó el
eutiquianismo, el monofisismo y el docetismo, y se prohibió una forma concreta
de simonía: la compra de la ordenación sacerdotal.
61º
Papa.- Juan III, su logro más importante fue el acabar con el cisma
iniciado durante el pontificado del papa Vigilio, restableciendo la comunión de
Roma con las Iglesias de Milán, Ravena y las africanas, que habían adoptado su
misma postura frente al papa Vigilio.
62º
Papa.- Benedicto I (575-579).