Triste está mi alma
¿Me acostumbraré alguna vez a la soledad? Todo son sombras
para mí, si voy por la calle, de repente se me cruza una silueta como la tuya,
si estoy en la cama tú apareces y desapareces como el viento, en muchas tareas
cotidianas parece como si estuvieras conmigo, cuando voy a llevar la Comunión a
los enfermos, y leo, primero la Oración que hay para ellos, me da la sensación
de que allí estás, en el coche ¿Cuántas veces la hemos rezado juntos?
No se vivir solo, en soledad, me faltas tú mi amor. Cada día,
cada semana, cada mes que pasa te entraño más, te llevo más adentro de mi
corazón; me falta el aire, me falta la esencia de la vida. Cariño, ayúdame a
superar todo esto, pues yo solo no sé, soy como un topo en un suelo de cemento,
no sé qué hacer, a donde ir ni cómo hacerlo, ayúdame, te necesito.