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miércoles, 29 de noviembre de 2023

Reflexiones



Reflexiones
Estamos pasando por unos días que si nos  dicen hace tres semanas lo que iba a pasar  nos hubiéramos reído  o lo hubiéramos tomado como una broma; y de cierto que así ha sido. Hay mucha enfermedad contagiosa por todo el mundo pero mientras que no la tengamos aquí como que no le hacemos caso o pasamos de ello. Decenas de miles de niños mueren en África (aparte de por hambre, el ébola…) por sarampión  y no decimos nada ni clamamos al cielo ni lo tenemos en nuestras oraciones. Pero que egoístas somos. Esto está claro que no es castigo de Dios sino del hombre avaro y egoísta empezando por los poderosos del mundo y terminando, con la ayuda del pecado de la concupiscencia, por todo el ser humano.  
Con esto no es que le quiera quitar importancia al gran problema que tenemos  pero ¿os imagináis que los, para mí, mal llamados del tercer mundo dijeran que todo por lo que están pasando es un castigo del Señor? ¿Por qué en muchos casos hay personas que están haciendo el mal con su egoísmo, avaricia, intolerancia… y no tienen ninguna desgracia? ¿Por qué otras que no paran de hacer el bien a todo el mundo aun en contra, incluso, de sus intereses económicos, atendiendo al más desfavorecido de todas las maneras posibles, tienen alguna desgracia, económica, de salud de él o de algún familiar muy querido  en muchos casos? ¿Por qué en todos los casos estos, hay personas que se acuerdan de Dios y le piden cuentas?
En hoy día decir que “Dios es remunerador” es un escándalo y lo critican porque no se tiene la información y formación al respecto. Os lo voy a poner de una forma que lo podáis entender bien. Todos los días y a todos momentos Dios nos está dando toques porque nos quiere para Él ya que quiere que todos nos salvemos. Haciendo uso de nuestra libertad, que Él nos ha otorgado, hacemos y deshacemos lo que nos place y somos nosotros los que con nuestros actos nos ganamos el castigo eterno ¿Dios nos ha castigado? Yo pienso que no, que hemos sido nosotros los que no hemos querido coger ni acogernos al Decálogo(los diez Mandamientos de la ley de Dios) y nos hemos salido del camino que nos ha marcado con muchas formas de vivir que se sale muy mucho de lo que es una buena convivencia y empatía; además de del incumpliendo de dicho Decálogo. Hasta aquí creo que todo bien ¿verdad?
Los Evangelios nos narran en algunos pasajes   al mismo Jesús llamándoles la atención a los apóstoles por algunas creencias que había en aquellos tiempos. San Juan en su capítulo 9 versículos 1-3 nos dice: Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Hay veces que Dios nos manda algún mal para desviarnos del camino que nos lleva a la perdición; a este castigo se le llama temporal. Tenemos  muchas historias de santos muy relevantes - como San Agustín, San Ignacio de Loyola…- que llevaban una vida disoluta y como tras el castigo de Dios se dieron cuenta del sendero que llevaban; rectificando de tal manera que se hicieron santos y mencionando a San Agustín fue Doctor de la Iglesia.
Dios es amor pero como nuestro Padre  que es nos ha tenido que corregir en muchas ocasiones a lo largo de todas las épocas ¿Que padre no corrige a su hijo además de con una colleja castigándole? Algunos conoceréis la parábola del hijo pródigo y os lo voy a poner por si alguien no tiene la Sagrada Biblia en su casa. Lucas 15; 11-32 y dice así:
 Y Jesús dijo: Cierto hombre tenía dos hijos;  y el menor de ellos le dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió sus bienes.  No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo perdidamente.  Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.  Entonces fue y se acercó a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos.  Y deseaba llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.  Entonces, volviendo en sí, dijo: "¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre!  "Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: 'Padre, he pecado contra el cielo y ante ti;  ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores.'"  Y levantándose, fue a su padre. Y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó.  Y el hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo."  Pero el padre dijo a sus siervos: "Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies;  y traed el becerro engordado, matadlo, y comamos y regocijémonos;  porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron a regocijarse.  Y su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y se acercó a la casa, oyó música y danzas.  Y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era todo aquello.  Y él le dijo: "Tu hermano ha venido, y tu padre ha matado el becerro engordado porque lo ha recibido sano y salvo."  Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara.  Pero respondiendo él, le dijo al padre: "Mira, por tantos años te he servido y nunca he desobedecido ninguna orden tuya, y sin embargo, nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos;  pero cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido tus bienes con rameras, mataste para él el becerro engordado."  Y él le dijo: "Hijo mío, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo.  "Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque éste, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado."
Fijaros que aquí no nos habla de un Dios (el padre en la parábola representaba a Dios) castigador sino de un Dios amoroso. Lo he resaltado con las letras rojas y también lo que es la figura del que se cree dueño de la Iglesia- dueño de las riquezas del padre- con todos los derechos y ni hace ni deja hacer ¡cuidado con estos hipócritas! Ya que hay muchos de estos en las Parroquias que se creen los dueños y amos.
De siempre se nos ha dicho que Dios es remunerador pero y también amoroso. Yo a esta parábola la título “¿hijo prodigo o Padre amoroso?”.