73º Papa.-
Teodoro I, a la insistencia del nuevo emperador Constantino II Pogonatos, de
seguir promulgando el monotelismo, convocó un concilio en Letrán, que debía
celebrarse en el mes de noviembre del 649, para fijar la doctrina de la Iglesia
sobre la cuestión debatida. La muerte le impidió asistir al concilio que había
convocado, ya que falleció el catorce de mayo de 649 victima, al parecer, de un
veneno.
Durante su papado añadió el
título de soberano al de pontífice y reorganizó el clero romano.
74º
Papa.- San Martín I, fue consagrado antes de que llegase la
aprobación imperial. Durante su papado se celebró por primera vez la fiesta de
la Virgen Inmaculada, el veinticinco de marzo.
Volvió a convocar el Concilio de
Letrán, y en él se condenó el monotelismo, resultando ser, con ello, una clara
manifestación de la independencia del Papa frente al imperio bizantino, el
llamado cesaropapismo oriental. A dicho concilio asistieron más de cien obispos
y en él, con el monotelismo, fueron confirmadas las condenas lanzadas por el
papa Teodoro I contra el Ectesis del emperador Heraclio, el Typos de Constantino II y los patriarcas
Sergio, Pedro y Pirro.
Enterado de ello, el emperador
Constantino II ordenó a su gobernador Olimpio, que fuese a Roma, detuviese al
papa san Martin I y lo llevase a Constantinopla, Olimpio murió antes de poder
hacerlo, pero el 17 de junio de 653 el nuevo exarca Teodoro Calíope, cumplió la
orden del emperador con un rigor tan cruel que, durante los catorce meses que
duró el viaje, el Papa, enfermo desde antes de iniciarlo, no pudo disponer ni
siquiera de agua para lavarse la cara y las manos. En uno de sus escritos,
puede leerse: <<Me martiriza el frio, sufro hambre y estoy enfermo, pero
ofrezco al Señor estos sufrimientos para que conceda a mis perseguidores la
conversión y el arrepentimiento después de mi muerte>>.
Ya en Constantinopla, fue
condenado a muerte, y aún así seguía sin aprobar el monotelismo. Tres meses
después le fue levantada la pena capital pero fue exiliado al Quersoneso, la
actual República de Jutlandia, y depuesto del pontificado.
75º
Papa.- San Eugenio I, fue elegido Papa por expreso deseo del
emperador Constantino II, un año antes de la muerte del papa san Martin I. Ni
el nuevo Papa ni el clero romano se opusieron a la voluntad del emperador
temiendo que, de hacerlo, nombrase un Papa monoteísta.
Pese a ello, y verdadero Papa ya
tras la muerte de san Martin, demostró permanecer en la fe y no temer las
represalias del emperador cuando rechazó la carta que le envió Pedro, patriarca
de Constantinopla, por contener graves
errores monoteístas; cuando se negó explícitamente a aceptar la profesión de fe
que había dictado el mismo emperador, y, sobre todo, cuando hizo saber en toda
Europa las torturas y persecuciones a que había sido sometido san Martin I por
orden del emperador, y su muerte a causa de ellas, por lo cual pudo haber sido
tratado como su predecesor de no haber muerto antes de que el emperador hubiese
tenido tiempo de dictar dicha orden.
San Eugenio I ordenó que los
sacerdotes observasen castidad perpetua.
Se le atribuye muchos milagros.
76º
Papa.- San Vitaliano, fue el primer Papa que autorizó el uso del
órgano en las ceremonias religiosas y tuvo el privilegio de asistir a la
conversión de los lombardos al cristianismo.
Impulsado por su creencia en el
monotelismo, y para debilitar al papado, el emperador Constantino II trató de
separar de ella a la Iglesia de Ravena, apoyando en sus pretensiones a Mauro,
su obispo, pese a lo cual, cuando murió el emperador Constantino III- su sucesor-
el Papa apoyó a su sucesor legítimo y hermano, Constantino IV. Agradecido al
Papa, Constantino IV impuso un cambio en la política religiosa del imperio y
convocó un concilio en Constantinopla para acabar con el monotelismo. Acabado
éste, Constantino IV se vio enfrentado a sus hermanos menores, al Senado y a
una sublevación de parte del ejército en Anatolia, que atajó haciendo cortar la
nariz a sus hermanos y ejecutando a los líderes del motín.
El Papa se vio obligado a
excomulgar al obispo de Ravena, Mauro.
77º
Papa.- Adeodato II, fue el primer Papa que usó en las lecturas la
fórmula Salutem et apostolicam benedictiomem
y, como su predecesor, apoyó a Constantino IV, lo que le valió su apoyo para la
causa del papado.
Desarrolló una gran labor
apostólica al iniciar la conversión a la verdadera ortodoxia de los maronitas,
cristianos de origen sirio, que toman su nombre de san Marón, un ermitaño que
vivió en el siglo V en la región de Apanema (Siria) y que había recibido del
Señor el don de sanar a los enfermos; murió en el año 410.
Volviendo al Papa, un peligro
mayor que los anteriores amenazaba a la cristiandad: la llegada de los
ejércitos árabes que, al abandonar el asedio a Constantinopla, llegaron a
Sicilia en el año 673 y se apoderaron de Siracusa.
78º
Papa.- Dono, los mejores logros de este papado fueron el cese del
cisma con la sede de Ravena, que había originado Constantino II en tiempos del
papa Vitaliano, y la casi desaparición de la herejía monotelita gracias a la
buena voluntad del emperador Constantino IV.
79º
Papa.- San Agatón, fue Papa con más de cien años de edad.
A petición de Constantino IV
convocó el sexto Concilio Ecuménico de la historia en Constantinopla,
asistieron ciento setenta obispos, el Papa envió una profesión de fe en la que
reafirmaba que en Cristo hay dos naturalezas: una divina y otra humana. El
concilio, al que se le conoce con el nombre de Trullano por ser ése el nombre
de la sala en forma de cúpula- trullus-
en que se celebró la sesión, lo aprobó y condenó con ello el monotelismo y el
resto de las doctrinas heréticas que habían distanciado a la Iglesia oriental
de la de Roma.
80º
Papa.- San León II, terminó el concilio que san Agatón había
empezado, y que este no terminó por su fallecimiento, confirmando lo acordado
en dicho concilio.
Introdujo el agua bendita en
determinadas ceremonias religiosas; instituyó su aspersión sobre el pueblo, e
incluyó en la misa el beso de la paz.
81º
Papa.- San Benedicto II, para que en el futuro, se pudiese abreviar
la vacante de la Santa Sede tras la muerte de un Papa, obtuvo del emperador
Constantino IV un decreto que eliminaba el trámite de la confirmación imperial
y que la sustituía por una- más fácil y cercana- de su exarca en Italia, el
gobernador de Ravena, dejando así sin validez el decreto del emperador
Justiniano y dando un paso adelante muy importante para desligar a la Iglesia
de Roma del poder del emperador de Bizancio- Constantinopla.
Continuando la obra del papa san
León II, y con el fin de suprimir el monotelismo presente aún en algunas
Iglesias, ordenó a Macario, antiguo obispo de Antioquía, que los obispos
españoles acataran los decretos del VI Concilio Ecuménico y apoyó la causa de
san Wilfredo de York.
Los obispos españoles se
reunieron en concilio en Toledo y recibieron y aprobaron los decretos emanados
del VI Concilio Ecuménico, III de Constantinopla, enviando al Papa una
confesión de fe con sus firmas al pie. El Papa les pidió, pese a ello, algunas
aclaraciones y los obispos españoles convocaron el XV Concilio de Toledo, en el
que se ajustaron en todo a las definiciones teológicas emanadas de los
anteriores concilios ecuménicos.
Apuntes
de interés:
Durante el dominio de los visigodos se celebraron en España una serie
de asambleas de carácter eclesiástico, político y jurídico que tuvieron lugar
en la ciudad de Toledo desde el año 589- fecha en que se celebró el III Concilio- hasta el 702- año del XVIII Concilio y último-.
Los dos
primeros Concilios de Toledo se habían celebrado antes de la conversión
visigoda al catolicismo, el primero en el año 400, para rebatir el
priscilianismo, y el segundo en el año 527, cuando los visigodos eran aun
arrianismos.
A partir del año 633- IV Concilio de Toledo, presidido por san Isidoro,
arzobispo de Sevilla-, cada uno de ellos pasó a ser llamado Concilio General
Visigótico.
82º
Papa.- Juan V (685-686)