El amor es solo amor y nada más
que amor, pero mueve montañas y sobre todo corazones. Ningún amor suplanta a
otro, el hombre tiene tantos rincones en su corazón que es capaz de almacenar y
tener mucho espacio para poder amar y amar de veras. Cuando desaparece uno de
esos amores queda un hueco tan vacío que es imposible de llenar con otra
persona, pero sí coge otra persona, no en ese hueco sino en otro, por el cual
puede sentir tanto amor como por el que se quedó vacío. Cada hombre es como es
y eso es maravilloso, pues ahí está la riqueza del ser humano, por lo cual
todos ocupan, en las colmenas de nuestros corazones, ese vano tan importante
para todos nosotros. Ay de aquellos que no tengan gran parte de sus huecos
pillados con personas a las que querer, con personas que te quieren, por las
que merece la pena vivir para dar cuentas a Dios de la medida de nuestro amor;
solo se ve el que solo quiera estar. La comunicación, el afecto, la
complicidad, el amor, el respeto, la tolerancia, la humildad, la escucha, la
mirada puesta en los ojos del otro, las manos cogidas en los más necesitados,
estar en acto de servicio… esto, entre otras cosas, es el amor, llenar nuestros
corazones, no solo con nuestros prójimos, sino, y, también, con las obras