Los
milagros existen
En un mundo,
como el que vivimos, un mundo donde se están perdiendo muchos valores, los
cuales nos fueron transmitidos por nuestros padres ¿caben los milagros, la
Divina providencia, la fe? Hay muchas historias que me hacen dudar sobre este
planteamiento pero yo sólo voy a exponer una, muy acorde con las fiestas que se
nos avecinan como es la Navidad.
En un rincón de
nuestro planeta tierra había un matrimonio con dos hijos, niño y niña. El niño
tenía una enfermedad terminar para los bolsillos de sus padres, pues eran muy
pobres y esta operación muy costosa. La niña oyendo y sintiendo la súplica de
sus padres se echó a la calle en busca de ayuda para su hermanito y se le
ocurrió la idea de hacer un cartel en el que ponía “Compro un milagro y tengo
dinero para ello” la gente, al verla, se reían de ella ¡jajaja como si los
milagros existiesen o se pudieran pagar jajaja, pídeselo a los Reyes Magos
jajaja! Pero ella, con toda su fe puesta en el Niño que estaba por llegar, con
más fuerzas y a voz en grito anunciaba lo que tenía plasmado en el cartel. Ya
vencida por el cansancio y por el frío, pero aún más por la incomprensión de la
gente, viendo que servía de risión para muchos,
cabizbaja, entró en una Iglesia que tenía al lado y delante del
Santísimo le pedía al Señor por su hermanito, sin darse cuenta llegó un momento
en el que lo hacía en voz alta ¡Dios mío que se cure mi hermano! El sacerdote,
que allí se encontraba, no quiso interrumpir en la petición de la niña y se
puso a planificar ciertas cosillas que le quedaban por hacer. Ella se quedó dormida, agarrada al cartel y con
unas lágrimas que se les desprendían por sus sonrosadas mejillas. Se quedó tan
vencida y entró en un sueño tan profundo que vio a un Niño que se le acercaba
con una sonrisa Majestuosa y nunca vista por ella; cogiéndola por las manos le
preguntó ¿Qué serías capaz de hacer para que tu hermanito se curase? Esta,
llena de alegría, porque se dio cuenta que era el Niño Jesús, le dijo: mi Niño
¿Qué me pides que haga? Soy capaz de todo aún de darte todos mis ahorros ¡tengo
quince euros! Yo sé que Tú no quieres el dinero ¿verdad? ¿Qué me pides que
haga? Por mi hermanito lo que Tú me pidas. Jesús, con un brillo en sus ojos que
nunca había visto ella, le dijo: “Nunca pierdas tu fe ni se te olvide este
momento. Cuando despiertes te darán la buena noticia y tu hermanito se salvará;
yo lo quería para mí pero estoy viendo que tu fe es muy grande y te lo voy a
dejar muchos años más”. En esto, y, al darse cuenta el cura de que estaba
dormida, llegó y con una voz suave y dulce le tocó el hombro y la llamó. No
quería despertar del sueño tan bonito que estaba teniendo y fue a la tercera
vez cuando con una sonrisa un poco triste y mirando al sacerdote le pregunta
¿usted es el de la buena noticia? Este hombre de Dios con una sonrisa le
pregunta ¿a qué buena noticia te refieres? Hay una muy buena que es la Venida
de nuestro Señor Jesucristo ¿es a esa? Ella, triste y alegre a la vez, le dice:
esa es una gran noticia pero yo me refiero a otra. Al verla, y acordándose de
sus plegarias, le dice ¿es por el cartel? la niña: El Niño Jesús me ha dicho
que… no terminó de hablar cuando el párroco le pregunta ¿Qué necesita tu
hermanito? La niña, sollozando, le dice: mi hermano tiene una enfermedad muy mala
y me voy a quedar sin él si no lo operan pronto pues la operación es muy
costosa y mis papás son muy pobres. Tú eres hija de Adela y Abrahán ¿no? Sí.
Anda vamos a ver a tus papás. Ya en casa, sus padres, le contó todo lo que
ocurría y que la operación costaba un millón de euros. Don Manuel, mirando a
los ojos de los progenitores, les dijo: ¿por qué será que los que
verdaderamente necesitan algo no lo piden? Haremos una campaña estas Navidades
y a ver qué sucede. Los padres, muy agradecidos los despidieron y la niña se
quedó muy feliz pero se hacía una pregunta ¿se sacará lo suficiente? Tardaría
poco en salir de dudas pues llegada la Navidad, concretamente en la Misa de
Gallo, solo sacaron seis mil euros al ver los resultados la niña se echó a
llorar pero a todo esto llegó un señor muy bien vestido y tocándole en sus
hombritos le dijo: “el Niño Jesús me ha dicho que te ayude” y, mirando a sus
padres le dijo: hay tienen un cheque de un millón de euros y si necesitan más
díganmelo “ la chiquilla con una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja le
dice al señor ¡por favor ¿me coge en brazos?! Este señor muy gustosamente la
cogió y ella dándole un fuerte abrazo y con una voz tan suave como la brisa del
mar, le dijo: dele las gracias a nuestro Niño Dios”