Cuaresma y Semana Santa
¿Qué es la Semana Santa? Yo diría
que en hoy día es de todo menos de lo que tiene que ser. Hasta algunos han
suprimido lo de Semana Santa por vacaciones de primavera. Los hay que, para
ellos, es: divertirse a tope con lo único que saben hacer, alcohol y otros
tipos de drogas, y, hay cierta juventud, que no todos, pues la mayoría de los
jóvenes son una maravilla, pero hay otros que tela marinera, que disfrutan
viendo pelearse dos adolescentes mientras que los demás los están grabando con
el móvil. Para otros la Semana Santa es: ¡la mejor procesión es la de mi
Nazareno o mi Virgen de la Paz! u otro trono de tantos como hay, llegando a
convertirse en adora imágenes, hasta tal punto que hay miles de jóvenes como
costaleros y luego no asisten a Misa o como yo lo he visto, este no era tan
joven ni costalero, llegar a la Iglesia y estar el sacerdote en plena
Consagración, ir directamente a la imagen, santiguarse y pedirle o rezar,
marchándose sin más.
Hoy por hoy son muy pocos los que
guardamos el ayuno y la abstinencia, de tal forma que hay personas que se ríen
o burlan cuando decimos que guardamos la Cuaresma. A estos les da igual que sea
el día que sea, incluso al enterarse que es viernes o miércoles de ceniza te
dicen: ah sí, pues ahora me voy a comer un chorizo; se hacen los graciosos. El
quinto Mandamiento nos dice: “no matarás” ha esto, ellos dicen: ¡yo no he
matado a nadie!, madre mía, como si sólo se matara con el cuchillo, pues anda
que no mata la lengua, a veces, mucho más que cualquier arma, pues te hiere el
alma. Lo toman todo a su forma, a su manera, y, aquello que nos dice
directamente lo que no debemos de hacer, como por ejemplo el cuarto mandamiento
de la Santa Madre Iglesia: “Abstenerse de comer carne, y ayunar en los días
establecidos por la Iglesia" (ayuno y abstinencia: el miércoles de ceniza y el
viernes santo; abstinencia: los viernes de cuaresma), dicen que somos unos
retrógrados y que no miran sea el día que sea, que ellos pasan de esto…
La Cuaresma nos prepara para ese
día grande que es el Domingo de Resurrección y la única forma de llevarla a
buen puerto es con: el ayuno, la limosna y la oración, de tal manera que nos
tenemos que revestir del hombre nuevo, echando fuera todo lo vano que hay
dentro de nosotros como: la envidia, el rencor, la prepotencia, el orgullo, la
xenofobia, el racismo, la intolerancia… incluso tenemos que ver –y actuar- como
erradicar el pecado de la concupiscencia. Pues también es culpa nuestra, tantos
muertos por hambre como hay en el mundo, estamos muy tranquilos porque todo
esto ocurre muy lejos de donde estamos nosotros y como dice el refrán: ojos que
no ven, corazón que no siente; tenemos que verlo con los ojos del corazón y no
quedarnos parados, tenemos que actuar, cada uno de la forma que mejor vea, pero
nunca quedarnos con los brazos cruzados, eso nunca.
Semana Santa, semana de pasión,
muerte… y aquí se quedan muchos, en la muerte de Jesús; por eso no ven ni
entienden lo que es la semana Santa. Para ellos esta semana es semana de
diversión, de ocio, de descanso, de ver las procesiones y de criticarlas o
alabarlas sin más nada. Hay que decirles “Jesús resucitó” y decirlo con la boca
muy grande, con firme voz y convencidos de lo que estamos diciendo: ¡Que sepáis
que Cristo resucitó!
La Semana Santa hay que verla
como una catequesis, cada paso, cada trono según su imagen, tenemos que pensar
y meditar sobre lo que estamos viendo; pensar que Jesús-siendo Dios- se hizo carne, bajó del
Cielo y habitó entre nosotros y todo por amor, pasando por una muerte y que
muerte, para redimirnos, para abrirnos las puertas del Cielo, puertas que- no
solo Adán y Eva, sino también nosotros- cerramos con nuestros pecados ¿puede
haber amor más grande?… Y al tercer día Resucitaré; esto es lo que tenemos que
tener bien claro, ya que Dios no es Dios de muertos sino de vivos. De siempre,
para mí, este ha sido un día súper feliz, un día en el que, cuando despertaba,
me ponía a dar saltos en la cama de alegría y gozo. Tenemos que ver a la
segunda Persona de la Santísima Trinidad en la Cruz para no olvidar nunca lo
que por amor hizo por toda la humanidad; pero tenemos que tener bien claro que
Resucitó y que tiene dominio sobre la muerte. Señor, que todos lo entendamos
para bien nuestro y salvación; pues el que haya hecho el mal, sin saberlo,
recibirá menos castigo que el que lo hiciere a sabiendas. Jesús, que seamos
verdaderos mensajeros de tu Evangelio, que no nos de vergüenza pregonar la
Verdad y aunque estemos mezclados con el mundo, que sepamos estar en nuestro
sitio, sin mezclarnos con lo mundano.
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