Reflexiones de un loco de Linares
No culpo a nadie de mis desilusiones ya que el único culpable soy yo,
por esperar de ciertas personas la esencia que no tienen; es como esperar que
una higuera de melones, imposible.
Tengo algunos años y siempre caigo en lo mismo, porque confío
demasiado en las personas y pienso que son como yo, por lo menos con los que
más me codeo y creo conocer. Después me siento mal y me digo aquello de “no me
volverá a pasar” y luego meto la pata a las primeras de cambio. La verdad es
que no paso a creérmelo pero recibo el pellizco cuando veo los resultados
contrarios a mis planes a cerca de ciertos sujetos. Me siento mal cuando tengo
que reconocer que soy segundo plato para los demás, cuando ellos para mí son el
plato principal. No, ellos no tienen la culpa, la tengo yo. Esta vida me ha
dado, y me sigue dando, muchos revés pero también me he encontrado con personas
maravillosas, personas que cuando las he necesitado han estado ahí, ofreciéndome,
no solo su apoyo moral, todo lo que tenían en sus manos. Algunos me han
demostrado con el tiempo que no lo hacían por mí al cien por cien sino por
otras circunstancias y entonces me doy cuenta de lo que soy para estas
personas. Hay otras que se mantienen fieles a su amistad hacia mí y estás son
las que tengo que valorar y cuidar como oro en paño.
Todo lo que he hecho en esta vida ha sido pensando en hacer el bien;
algunas me han salido como yo pensaba, otras no, pero nunca he obrado con
maldad alguna. Tengo la conciencia muy tranquila aunque me autocritico mucho y
me digo “Jose, lo has podido hacer mejor” o me paso los días enteros dándole vueltas
a la cabeza y cavilando en que he fallado, que es lo que he hecho mal, para que
no saliera el plan como me había pensado, llegando a la conclusión de que soy
humano, pero no me quedo satisfecho con esta deducción y aunque los daños que
me hacen los demás se me pasan enseguida los míos propios causados a los demás
o a mí mismo los tengo toda mi vida.
Desde estas líneas pido perdón a todas las personas que se sientan
doloridas por mis comportamientos, pero también quiero que sepan que nunca les quise hacer daño. El mal que yo
quiera para alguien que me venga a mí.