176º
Papa.- Inocencio III, era sobrino de Clemente III, y pertenecía a la
familia de los Conti, que daría nueve papas a la Iglesia.
Convocó el IV Concilio de
Letrán, el más importante del Medievo, y apoyó la fundación de dos grandes
órdenes mendicantes- la de los dominicos y la de los franciscanos- como defensa
contra los vicios que se estaban adueñando del pueblo, del clero y de la
jerarquía eclesiástica.
Apuntes
de interés:
En el IV Concilio
de Letrán (1215) participaron dos patriarcas orientales, representantes de casi
todas las monarquías europeas y más de mil doscientos obispos y abades. Se
condenaron las doctrinas heréticas de los albigenses y los cátaros; se definió
por primera vez el dogma Teológico de la Transubstanciación; se obligaba a los
fieles a confesar y comulgar al menos una vez al año, y se preparó una nueva
cruzada a Tierra Santa.
La Iglesia griega
se unió a la latina. Esta unificación, sin embargo, sólo duró dos generaciones.
Las órdenes
mendicantes, del latín mendigaré, <<pedir limosna>>, hacer voto de
pobreza, por el que renuncian a todo tipo de propiedades o bienes, ya sean
personales o comunales, viviendo sólo de la caridad.
Las más importantes
fueron aprobadas en el siglo XIII, después de superar la oposición que
sufrieron por parte del clero secular. Entre estas órdenes mendicantes cabe
señalar la de los frailes menores o franciscanos, la de los frailes
predicadores o dominicos, la de los carmelitas y la de los agustinos.
Hubo una quinta
orden, la de los servitas, que fue fundada en 1233 y reconocida en 1424.
177º
Papa.- Honorio III, gran protector de las dos grandes órdenes
mendicantes, aprobó la Regla de Santo Domingo en su bula Religiosam Vitam, de
22 de diciembre de 1216; la de San Francisco, en su bula Solet annuere, de 23
de noviembre de 1223, y la orden Carmelita, en su bula Ut vivendi normam de 7
de enero de 1226.
178º
Papa.- Gregorio IX, estableció la llamada<< Inquisición
monástica>> en sus bulas de los días 13, 20 y 22 de abril de 1233,
nombrando a los monjes dominicos inquisidores en todas las diócesis de Francia,
al tiempo que decretaba que los herejes y sus cómplices fuesen entregados al
brazo secular para su castigo, que solía ser la muerte en la hoguera para los
obstinados y la cárcel de por vida para quienes se arrepentían.
Definió las enseñanzas de
Aristóteles y otorgó muchos privilegios
a la Universidad de Paris, en la que había estudiado, pero la hizo
observar muy de cerca por los inquisidores dominicos porque desconfiaba de su
tendencia a subordinar la teología a la filosofía.
Apuntes
de interés:
Los orígenes de la
Inquisición se encuentran en la cruzada que el papa Inocencio III ordenó contra
los albigenses en el sur de Francia. Sin embargo, fue Gregorio IX su formal
constituidor. Con ellos, el Papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia, sometió a
los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado y estableció severos
castigos contra los herejes. Al principio, el cargo de inquisidor se encomendó
exclusivamente a los dominicos, pero posteriormente también a los franciscanos.
Al poner bajo la dirección pontificia la persecución de los herejes,
Gregorio IX actuaba
en parte movido por el miedo a que Federico II, emperador del Sacro Imperio
Romano Germánico, tomara la iniciativa y la utilizara con objetivos políticos.
Restringida en principio a Alemania y
Aragón, la nueva
institución entró en seguida en vigor en el conjunto de la Iglesia, aunque no
funcionara por entero o lo hiciera de forma muy limitada en muchas regiones de
Europa. Dos inquisidores con la misma autoridad
-nombrados directamente por el Papa- eran los responsables de cada
tribunal, con la ayuda de asistentes, notarios, policía y asesores. Los
inquisidores fueron figuras que disponían de importantes potestades, porque
podían excomulgar incluso a príncipes.
179º
Papa.- Celestino IV. Al parecer, éste fue el primer cónclave en el
que los cardenales electores permanecieron recluidos hasta el final de la
elección. Trece días tan solo duró su pontificado.
Su formación teológica y su
caridad para con los pobres hubieran permitido a Celestino IV ser un buen Papa.
180º
Papa.- Inocencio IV, convocó el primer Concilio Ecuménico de Lyon
(1245) para disponer al emperador Federico II, que había invadido territorios
eclesiásticos y quien en numerosas ocasiones se había negado a ir a las
cruzadas. Con él trataba, además, de unir las Iglesias griega y latina. En ese
concilio se concretaron declaraciones rituales y doctrinales para los griegos
en lo concerniente a los Sacramentos, la legitimidad de las segundas nupcias,
la existencia del purgatorio, etc.; pero cuando los obispos griegos regresaron
a sus comunidades, las autoridades, monjes, clero y pueblo les tomaron por
traidores y vendidos, pese a lo cual algunos grupos aislados quedaron unidos a
Roma. Se les llama, pues aún hoy mantienen lazos de jerarquía y de fidelidad a
la Iglesia Católica, <<uniatas>>.
181º
Papa.- Alejandro IV, sobrino de Gregorio IX, implantó la Inquisición
en Francia.
182º
Papa.- Urbano IV, nunca pisó Roma siendo Papa. En 1264 instituyó la
fiesta del Corpus Christi, como reacción a la herejía de Berengario de Tours
sobre la Transustanciación eucarística.
Apuntes
de interés:
Roger Bacon fue una figura fundamental para el saber
de su época y, a finales de la década de 1260, por petición del papa Clemente
IV escribió Opus Maius (gran obra, en latín). En esta obra habla de la
necesidad de reformar las ciencias por medio del estudio de las lenguas y de la
naturaleza, con la ayuda de diferentes métodos. Las ideas revolucionarias de
Bacon sobre el estudio de las ciencias hicieron que fuera condenado por los
franciscanos. Tras diez años de cárcel, regresó a Oxford. Escribió el
Compendium studi theologiae poco antes de su muerte. A pesar de su elevado
conocimiento aceptaba algunas de las creencias de su época, como la existencia
de la piedra filosofal y la eficacia de la astrología. Sus escritos aportaron
una nueva visión sobre la óptica, en concreto de fenómenos como la refracción,
el tamaño aparente de los objetos y el aparente aumento de tamaño experimentado
por el Sol y la Luna en el horizonte. También descubrió que con azufre, salitre
y carbón vegetal se podía producir una sustancia, a la que hoy llamamos
pólvora. Hoy se sabe que la pólvora había sido utilizada ya por chinos y
árabes. Bacon pensaba que las matemáticas y la experimentación eran los únicos medios de llegar al conocimiento de la
naturaleza.
Santo Tomás de Aquino buscó reconciliar la filosofía
aristotélica con la teología agustiniana. Utilizó tanto la razón como la fe en
el estudio de la metafísica, filosofía moral y religión. Aunque aceptaba la
existencia de Dios como una cuestión de fe, propuso cinco pruebas de la
existencia de Dios para apoyar tal convicción. Organizó el conocimiento de su
tiempo y lo puso al servicio de su fe. En su esfuerzo por reconciliar la fe con
el intelecto, creó una síntesis filosófica de las obras y enseñanzas de
Aristóteles y otros sabios clásicos: San Agustín y otros Padres de la Iglesia;
de Averroes, Avicena y otros eruditos islámicos; de pensadores judíos como
Maimónides y Salomón ben Yehuda ibn Gabirol, y de sus predecesores en la
tradición escolástica. Consiguió integrar en un sistema ordenado el pensamiento
de estos autores con las enseñanzas de la Biblia y la doctrina católica. Fue
canonizado por Juan XXII en 1323 y proclamado Doctor de la Iglesia por Pio V en
1567. Su fiesta se celebra el 28 de enero.
San Buenaventura es célebre por sus escritos
espirituales, que le convirtieron en uno de los más destacados teólogos
medievales. Trabajó para integrar la visión aristotélica en la tradición de San
Agustín. Aceptó gran parte de la filosofía científica de Aristóteles, pero
rechazó lo que conocía de su metafísica por insuficiente, ya que, según San
Buenaventura, al filósofo griego no le guiaba la luz de la fe cristiana. La
doctrina de la iluminación de la mente humana (el alma) por el Divino – una
forma de identificar la verdad o falsedad del juicio- la tomó de las doctrinas
de San Agustín. Su Itinerario de la mente hacia Dios (1259), obra clave de la
literatura mística, y otros tratados semejantes reflejan su preocupación por
como el alma reconoce y se una a Dios. Famoso por el rigor de sus estudios y su
buen juicio, Buenaventura fue elegido general de los franciscanos. El papa
Gregorio X le nombró cardenal obispo de Albano en mayo de 1273 y colaboró en
los preparativos del II Concilio de Lyon, convocado para solventar el cisma con
la Iglesia oriental. Fue canonizado por Sixto IV en 1482. Sixto V le proclamó
Doctor de la Iglesia en 1588. Su festividad se conmemora el 15 de julio.
183º Papa.- Clemente IV (1265-1268)
184º Papa.-
Beato Gregorio X, subió a la silla de San Pedro tres años y cinco meses después
de que muriera su predecesor Clemente IV, el motivo fue que los
cardenales reunidos en Viterbo se hallaban divididos en dos fracciones,
franceses e italianos, y ninguna de ellas podía alcanzar los 2/3 de votos
necesarios para cerrar la elección.
Para su fortuna, y por su buen
juicio, estuvo asesorado en su pontificado por dos sapientísimos santos: San
Buenaventura y Santo Tomás de Aquino.
Apenas coronado, convocó un
concilio, que se celebró en Lyon en mayo de 1274, al que asistieron cerca de
quinientos obispos y que buscaba, ante todo, la reconciliación entre las
Iglesias de Oriente y Occidente, lo que solo logró de una manera efímera, pero
en el que se establecieron nuevas normas para que los papas fuesen elegidos
siempre por un cónclave cardenalicio.
Fue un buen Papa y un gobernante
eficaz de los Estados Pontificios.
185º
Papa.- Beato Inocencio V, fue el primer pontífice dominico de la
historia.
Apuntes
de interés:
El alemán San
Alberto Magno (1200-1280) fue religioso, teólogo y Doctor de la Iglesia que
introdujo la ciencia y filosofía griegas y árabes en Europa durante la Edad
Media. Está considerado un personaje clave en el proceso de asimilación de la
filosofía aristotélica medieval y en el resurgimiento de la ciencia natural que
la inspiraba. Trató de conciliar el aristotelismo y las enseñanzas cristianas:
sostenía que la razón humana no podía contradecir la revelación, pero defendía
el derecho del filósofo a investigar los misterios divinos. Fue beatificado en
1622 y canonizado y proclamado Doctor de la Iglesia, en 1931, por Pio XI.
186º Papa.- Adrián V (1276)
187º
Papa.- Juan XXI. Un error de las listas de papas y antipapas hizo
que Pedro Julián, el único pontífice portugués de la historia, adoptase el
nombre de Juan XXI cuando debió ser Juan XX. El error parte del hecho de que
tres papas llamados Juan fueron situados en Benedicto VII y Gregorio V, en
lugar de los dos que fueron papas con ese nombre, Juan IV y Juan V, ya que se
incluyó en la lista de papas a un antipapa con el nombre de Juan XVI.
188º
Papa.- Nicolás III, en agosto de 1279 – un año antes de su muerte-
publicó la constitución Exiit qui seminat, fundamental para interpretar
la Regla de San Francisco y porque el Papa aprobó en ella la estricta
observancia de la pobreza.
Fue el primer Papa que fijó su
residencia en el Vaticano e inició sus famosos jardines, pese a lo cual murió
el 22 de agosto de 1280 en su residencia de Soriano, en el Cimino.
189º
Papa.- Martín IV (1281-1285)
190º
Papa.- Honorio IV (1285-1287)
191º
Papa.- Nicolás IV (1288-1292)
192º
Papa.- San Celestino V (1294)
193º
Papa.- Bonifacio VIII, era miembro de una acomodada familia de
origen español.
Tras desengaños políticos en
Inglaterra, Francia y España, promulgó la bula Unam Sanctam, en la que afirma:
<<La Iglesia es una, Santa y apostólica; y fuera de ella no hay
salvación ni perdón de los pecados.
Ella representa el cuerpo místico de Cristo, un cuerpo cuyo señor es
Cristo, el Cristo de Dios; en ella hay un solo Señor, una sola fe y un solo bautismo. Este cuerpo que es la Iglesia
tiene un solo jefe, que es Cristo, y, en el tiempo, su vicario Pedro y por ello
los sucesores de Pedro. El poder de esto último bien ejercido a través de las
dos espadas, la espiritual y la temporal. Quien refuta la espada temporal de
Pedro no interpreta bien la palabra del Señor:
“Mete tu espada en la vaina”. Ambas espadas pertenecen al poder de la
Iglesia: la primera es manejada por la Iglesia, la otra es de la Iglesia; la
primera es de los sacerdotes, la segunda de los reyes y de caballeros con
consentimiento de los sacerdotes. Es preciso que una espada esté sometida a la
otra, que la autoridad temporal se someta al poder espiritual. El apóstol ha
dicho que Dios da las cosas dentro de un orden, con una jerarquía, de aquí la
superioridad del poder espiritual sobre el terrenal, de aquí que el poder temporal
viniere juzgado de un poder superior, el espiritual, y éste vendrá juzgado por
un superior, que es Dios>>.
Fue el pontífice que estableció
el jubileo, en el año 1300.
Apuntes
de interés:
La decisión del
jubileo dio nueva dimensión y significado a las peregrinaciones a Roma, hacia
las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo. La continua afluencia de peregrinos
incentivó a
Bonifacio VIII a convocar el jubileo cada cien años y a promulgar
la indulgencia plenaria; más tarde, el periodo se acortó a cincuenta años, y
posteriormente a los veinticinco años que rigen en la actualidad.
194º Papa.- Beato Benedicto XI (1303-1304)
195º
Papa.- Clemente V, inició el largo destierro de los papas en Aviñón,
al que algunos llaman <<cautiverio de Babilonia>>, y en el que los
papas estuvieron sometidos a la monarquía francesa durante setenta años.
El rey Felipe IV el Hermoso,
eliminó la Orden de los Caballeros Templarios, a quien adeudaba mucho dinero y
presionó al Papa para que así lo hiciera y este la abolió, para ello convocó el
Concilio Ecuménico en Viena, en 1311-1312, y aunque la mayoría de los
asistentes se opusieron a la abolición de la orden por pensar que los cargos
que se hacían en su contra carecían de fundamento, la presencia de Felipe IV,
que se presentó por sorpresa en el concilio, hizo que este cumpliera sus deseos
y la orden de los Caballeros Templarios fuese abolida, quedando sus bienes en
manos del rey de Francia y, en menor cuantía, en las de otros monarcas
europeos, salvo una pequeña parte que quedó en poder de los caballeros
hospitalarios.
Clemente V completó el Corpus
Juris Canonici medieval con la publicación de una serie de decretos
papales, conocidos como Clementinae, que contienen decretos de Benedicto XI y
de Clemente V, y fundó las universidades de Perugia y Orleans.
Apuntes
de interés:
Aviñón es una
pequeña ciudad, a las orillas del rio Ródano, que pertenecía al reino de
Nápoles y estaba rodeada por los Estados Pontificios. Clemente VI se lo compró
a Juana de Nápoles por 18000 florines de oro.
196º
Papa.- Juan XXII, aunque fue Papa dejado llevar por su autoridad
Papal en unas cosas perdonando pero no olvidando y en otras tratando a los
demás como herejes y siendo enviados a la hoguera.
Instituyó la fiesta de la
Santísima Trinidad.
197º
Papa.- Benedicto XII, dijo: <<El Papa tiene que ser como
Melquisedec: sin padre, ni madre, ni genealogía>>. Esto vino por la boda
de su sobrina única, pues le obligó a casarse con un hombre humilde y rechazó a
sus pretendientes nobles.
198º
Papa.- Clemente VI, fue un Papa vividor, amante de la buena mesa, de
las fiestas y de las artes, lo que provocó que acabara con los fondos
económicos que su predecesor le había dejado.
Redujo el intervalo entre los
años Santos a cincuenta, lo que permitió celebrar el segundo en 1350, aunque
sin su presencia en Roma por miedo a las consecuencias de un viaje suyo a la
sede que ostentaba.
199º
Papa.- Inocencio VI, su pontificado se inició cumpliéndose una
profecía de Santa Brígida: <<su buena voluntad sustituirá sus acciones y
será recompensada>>.
Fue un Papa austero, cuidadoso
del gobierno del Estado Pontificio, cuya reorganización encomendó al cardenal
Gil Álvarez de Albornoz, fundador del Colegio Español de Bolonia, y que dio un
gran impulso a las artes y a la cultura.
200º
Papa.- Beato Urbano V, tomó este nombre porque dijo: << todos
los papas que han llevado ese nombre han sido santos>>. Su elección fue
tan del gusto de todos que Petrarca escribió de él:<< ha sido el dedo de
Dios quien te ha elegido>>.
No olvidó su triple condición de
Papa, obispo y rey, y añadió una tercera corona a la doble usada hasta entonces
por los papas, para formar así la tiara pontificia que es símbolo de su triple
reinado.
Pese a los esfuerzos del
pontífice, en Roma proseguían las luchas internas que hacían peligrar su
integridad y le parecía conveniente acercarse a Aviñón porque, desde allí, le
sería más fácil mediar ante Francia e Inglaterra para que acordasen un nuevo
periodo de paz; abandonó la ciudad y regresó a Aviñón, pese a que Santa Brígida
le advirtió que moriría pronto si lo hacía. Murió a las pocas semanas, el 19 de
diciembre de 1370. Como los milagros se multiplicaban junto a su tumba, el rey
Valdemar de Dinamarca pidió al sucesor de Urbano V su beatificación, pero
aunque Gregorio XI lo prometió, diversas causas la aplazaron hasta 1870, fecha
en que Pio IX le declaró beato.
Apuntes
de interés:
Santa Brígida de Suecia, patrona de Suecia y
compatrona de Europa, fue la fundadora de la Orden de Santa Brígida. Había
estado casada y tuvo ocho hijos, pero al morir su esposo dedicó su vida al cuidado
de los pobres y la oración.
Tenía revelaciones
que contó al prior de la abadía de Alvastra y en una de ellas, según afirmaba,
Cristo le había
ordenado fundar una nueva orden muy estricta que ayudaría a reformar la vida
monástica.
Se trasladó a Roma
y allí tuvo que esperar veinte años antes de recibir la aprobación papal.
Ese tiempo, y el
resto que le quedaba de vida, permaneció en Roma impulsando la reforma
eclesiástica, solicitando el retorno de los papas a Roma, protegiendo a los
desamparados y consolando a ricos y pobres.
Fue canonizada en
1391, a los dieciocho años de su muerte.
Santa Catalina de Siena, nació en Siena el 27 de marzo
de 1347, participó de forma muy activa en los asuntos públicos de su tiempo. A
los dieciséis años ingresó en la Tercera Orden de Santo Domingo, en su ciudad
natal, y en ella destacó por su disposición a la contemplación y su entrega a
la caridad.
Parece que, aunque
aprendió a leer en la infancia, no a escribir hasta la edad adulta. En 1376
viajó a
Aviñón para
intervenir ante el papa Gregorio XI en nombre de Florencia, en guerra con el
pontificado. Fracasó en su intento de paz, pero logró que el Papa regresara a
Roma e intentara cerrar con ello el exilio de los papas en
Aviñón. Catalina
volvió a la contemplación y las obras de misericordia en Siena. Dividiendo su
incansable actividad, intentó promover la paz en Italia, organizar una cruzada
para recuperar Tierra Santa, evitar el desgarro provocado en la Iglesia por el
cisma de Occidente, atenuar las consecuencias del irascible carácter de Urbano
VI y dedicar horas y horas a la meditación. Murió en Roma, el 29 de abril de
1380, y su cuerpo fue enterrado en la Iglesia de Santa María sopra Minerva. Fue
canonizada por el papa Pio II en 1461, nombrada doctora de la Iglesia en 1970
por
Pablo VI y
proclamada compatrona de Europa, en 1999, por Juan Pablo II.
201º Papa.- Gregorio XI (1370-1378)
202º
Papa.- Urbano VI, en Roma decretó que el año Santo se celebrara cada
treinta y cinco años, y que el siguiente se celebraría en 1390. Murió antes, el
15 de octubre de 1389.
Apuntes
de interés:
El español
Benedicto XIII fue antipapa, Papa para muchos, entre los años 1394 y 1423, un
periodo en el que dos, e incluso tres papas, proclamaron simultáneamente su
legitimidad como cabeza de la Iglesia católica.
Pedro Martínez de
Luna nació en la localidad zaragozana de Illueca, en Aragón (España), y tras
doctorarse como canonista en la Universidad de Montpellier fue nombrado
cardenal diácono por Gregorio XI. Favoreció la elección de Urbano VI,
oponiéndose a los cardenales franceses, que pretendían elegir a Roberto de
Ginebra, futuro antipapa Clemente VII. Tras fallecer este, en 1394, los
cardenales reunidos en Aviñón eligieron para sucederle a Pedro de
Luna, quien tomó el
nombre de Benedicto XIII, pese a la oposición del rey de Francia.
Cuando fue
depuesto, en 1409, por el Concilio de Pisa, Benedicto XIII se encerró en la
fortaleza española de
Peñíscola
(Castellón) y allí murió sin haber renunciado al que consideraba su derecho,
pese a haber sido nuevamente depuesto, en 1417, por el Concilio de Constanza.
203º Papa.- Bonifacio IX (1389-1404)
204º Papa.- Inocencio VII (1404-1406)
205º
Papa.- Gregorio XII. Durante su pontificado se convocó el Concilio
de Pisa, al que ninguno de los papas- Benedicto XIII y Gregorio XII-, acudió, y
el que, tras quince sesiones, se decidió deponer a ambos pontífices acusándolos
de herejía y por cismáticos, y se eligió un nuevo antipapa: Alejandro V.
Apuntes de interés:
El antipapa Juan
XXIII (1410-1415) fue uno de los líderes del Concilio de Pisa, en 1409, cuando
Gregorio XII y el antipapa Benedicto XIII fueron depuestos y nombraron antipapa
a Alejandro V para cerrar el cisma de
Occidente. Convocó
el Concilio de Constanza, que se celebró entre 1414 y 1418, para terminar con
el cisma de Occidente en 1415. Martín V le nombró, en 1419, obispo cardenal de
Tusculum, cinco meses antes de su muerte.
206º
Papa.- Martín V, fue elegido Papa por los representantes de
Alemania, Francia, Italia, España e Inglaterra durante el Concilio de
Constanza, el 11 de noviembre de 1417, día de San Martín, nombre que tomó como
pontífice.
207º
Papa.- Eugenio IV, atendiendo la convocatoria que su predecesor
había hecho, proclamó el XVII Concilio Ecuménico en Basilea, pero temiendo sus
consecuencias, lo trasladó a Ferrara, más tarde a Florencia y, por último, dio
un decreto de disolución del concilio, una decisión que no gustó a los
cardenales, en quienes alentó la creencia de que el pontífice se oponía, al
igual que su predecesor, a cualquier reforma de la Iglesia.
Una revolución estalló en Roma y
Eugenio IV, vestido de monje, escapó de la ciudad a refugiarse en Ostia, y de
allí a Florencia, donde convocó un nuevo concilio y a la que mantuvo durante
años como sede papal, lo que fue muy importante para el desarrollo del
movimiento humanista.
En respuesta a esta actitud, en
1435 el concilio votó la suspensión de una serie de derechos, impuestos y
tributos percibidos hasta entonces por la Santa Sede. Llegó la ruptura cuando
el Papa transfirió el concilio a Ferrara, mientras gran parte de los cardenales
seguían manteniéndole en Basilea.
Eugenio IV fue así el último pontífice
que, de momento, ha visto unida a toda la cristiandad. Por poco tiempo: parte
del clero griego no aceptó la unión y, además, pocos años después Bizancio cayó
bajo el dominio de los turcos y el imperio bizantino se extinguía para siempre.
Para vengarse de la ofensa sufrida en el Concilio de Florencia, el Concilio de
Basilea votó la deposición de Eugenio IV, declarándole hereje el 15 de julio de
1439, y el 5 de noviembre del mismo año proclamaron Papa al duque Amadeo VIII
de Saboya, que tomó el nombre de Félix V y fue el último antipapa que recoge la
historia.
Murió el 20 de febrero de 1447,
tras ver florecer el renacimiento en toda Italia, y él mismo contribuyó a ello
mandando hacer las puertas de bronce que aún adornan la catedral de san Pedro y
encargando a Fray Angélico decorar la capilla del Santísimo Sacramento en el
Vaticano.
208º
Papa.- Nicolás V, fundó la biblioteca vaticana, enviando monjes y
sacerdotes a salvar manuscritos olvidados en monasterios y conventos, y comprar
cuantos pudiesen en toda Europa. Puso al servicio de la biblioteca vaticana un
ejército de copistas y traductores, y ello le permitió acumular más de cinco
mil volúmenes, con una inversión total de 45.000 escudos.
En el terreno político, acabó
con el cisma de Occidente al lograr, en 1449, la sumisión del antipapa Félix V,
a quien perdonó y nombró vicario de Saboya y, más tarde, cardenal. Al año
siguiente proclamó un Jubileo en Roma para sellar el fin del cisma y la
restauración de la autoridad papal. Y un año antes había conseguido que el rey
Federico III firmase el Concordato de Viena, por el que renunciaba a la
libertad de la Iglesia germana a cambio de asegurarse el apoyo papal y su
coronación como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, pese a la
enemistad de los príncipes alemanes que ello le valió al Papa.
Hizo celebrar el VI año Santo.
209º
Papa.- Calixto III, Alonso de Borja nació en Játiva (Valencia,
España) de una familia noble y acomodada. Era maestro de leyes en la
universidad de Lérida cuando se unió a la causa del antipapa Benedicto XIII, a
quien fue fiel mientras vivió. Cuando Alfonso V de Aragón retiró su apoyo al
cisma y se sometió a Martin V, consiguió que el antipapa Clemente VIII, sucesor
de Benedicto XIII, renunciara. Para recompensarle, Martin V le nombró obispo de
Valencia y Eugenio IV le nombró cardenal.
Calixto III hizo revisar la
condena de Juana de Arco y la declaró inocente, lo que le valió el favor de los
franceses.
210º
Papa.- Pio II (1458-1464)